Parece que fue ayer que tenía mi primer libro de Harry Potter en las manos. Diciembre 17 de 2001. Una cuarta edición que me miraba desde mi mesita, pero justamente esa noche el cansancio no me permitiría leer tan bien como quería. Luego, al otro día volví a comenzar y me absorbió. Cuarto de primaria, era una niña odiosa, no tenía muchos amigos, nunca los he tenido en gran cantidad, la verdad, sin embargo, este mundo me ofreció más de lo que podía pedir. Amigos incondicionales que me invitaban a sus aventuras. Porque caminé debajo de la capa de invisibilidad de Harry muchas veces, presencié las peleas de Ron y Hermione, fui con Fred y George a robar comida de la cocina, grité en los partidos de quidditch, lloré con la muerte de Sirius, odié a Bellatrix y su locura, dudé de Snape y su doble juego, canté el himno de Hogwarts con la melodía de una lenta marcha fúnebre, me sobrecogí con el llanto de Fawkes, celebré la muerte de Voldemort y despedí a James Sirius, Albus Severus, Rose y los demás de la nueva generación en el Andén 9 y ¾ 19 años después. Creo que no son muchos los que entienden lo que estoy sintiendo. Estos personajes se convirtieron en mis amigos, mis hermanos, muchos, mis gemelos de tinta y papel. Me identificaba con ellos, me llegaron a enseñar mucho más que una cátedra de colegio. Y gracias a ellos también conocí a personas maravillosas del mundo real. Duele decir que esto se acabó y no es que sea un “apague la luz y vámonos”, no. Son una cantidad de sentimientos encontrados que no se pueden describir. Ser de la Generación Potter es un orgullo para mí. Que si crecí siendo freak… Pues bueno, fue fabuloso. Lo prefiero mil veces a haber desperdiciado mi niñez tratando de actuar como “niña grande”. Esto no termina aquí, no señores. Todo esto vivirá siempre en nuestros corazones, “because we have something worth living for”. Aprendimos mucho de esta saga y nunca me cansaré de agradecerle a J.K. Rowling por haberla escrito. Somos millones en el mundo y todos estamos unidos para decirle adiós en las pantallas a nuestro héroe. Esta noche, a medianoche, levantemos nuestras varitas y miremos al cielo, no estamos solos, siempre nos tendremos a nosotros. “All was well”.
jueves, 14 de julio de 2011
lunes, 4 de julio de 2011
"A Poem by James Potter"
Lo encontré en una página "casual". Lo leí y no pude con él... Osea es tan ASHDLAHDALDHASD que ni siquiera sé describir lo que sentí leyéndolo :)! James Potter es GENIAL ♥!
viernes, 24 de junio de 2011
miércoles, 22 de junio de 2011
Dejando atrás el colegio
A veces me pongo a pensar que hubiera pasado si mi once hubiera sido “diferente”… Es decir, si no hubiera pasado la totalidad del mismo tratando de meterme en la cabeza que lo mío iba con los números.
Pensé que tratar de vivir el sueño de “alguien más” era sencillo, al fin y al cabo pensaba que era lo que siempre había hecho. Pero me equivoqué. Cometí un error al abandonar mi sueño.
No sé que duele más, si el año y medio que tardé en darme cuenta, la decepción que me embargó al ver que “defraudaba” a mi mamá, o el simple hecho de darme cuenta lo equivocada que estaba.
El miedo que sentía cuando me gradué nunca fue en vano. Mis peores pesadillas se convirtieron en realidad. Eso de que las amigas del colegio son para toda la vida es mentira. Sólo rescato a una persona, porque es casi imposible sacarla de mi vida. Ella es tal vez una de las mejores amigas que he tenido nunca, y sólo el destino sabe por qué trabaja de manera tan misteriosa para cruzar nuestros caminos de forma tan curiosa. Pero, volviendo al punto, sí, cada día puedo ver cómo me voy quedando más y más sola en cuanto a ese aspecto de mi vida. Ahora un seco “Hola” y un “Qué tal! Cómo va todo?” son las pocas palabras que intercambio con las que se supone que son compañeras de toda la vida.
Eso de “siempre serás mi amigo no importa nada más” y “porque a un amigo se promete una eterna amistad” no son más que eso, promesas. Promesas que se escapan de nuestros labios al ver una fecha de grado próxima. Promesas que se hacen tratando de permanecer en un pasado que cada vez se ve más reemplazado por un futuro.
No sé si es mi caso particular, no soy quién para determinar que esto sucede en todas las ocasiones y que es casi que una “ley del universo” que debe cumplirse. Sólo hablo desde mi experiencia.
No sé si extraño el colegio por mis amigas. No sé si lo hago más por los momentos que viví ahí. Pero de que lo extraño, en verdad lo hago.
Si me preguntaran si quiero volver a vivirlo, o más bien, vivir el último o los últimos dos años, no sabría que responder. Sería divertido, sobretodo sabiendo todo lo que ahora sé, no sólo de conocimientos, sino de experiencia. Pero es algo que me plantearía muy bien.
Y aunque hace tan sólo pocos días pensaba “Dios! Hace tres años estaba saltando como loca en la puerta de once A gritando «SOMOS ONCE CARAJOOOO»”, hoy no me veo en la ‘dichosa’ experiencia de nuevo.
Hace un año probablemente mi respuesta hubiese sido automáticamente “sí”. Pero ahí está la clave, “automáticamente”. Por suerte ahora cuento con algo de lo que se le podría decir criterio, y aunque me gustaría volver a vivir todos esos recuerdos, pues… Eso es lo que son.
Es algo que pasó, es un ciclo que tardé bastante en cerrar, pero hoy por fin me doy cuenta de ello, porque aunque vuelva al colegio, como espacio físico en sí, lo que busco no es eso, sino lo que yo viví ahí.
Curioso, ¿no? Y aunque el “plantel educativo” (para usar términos más propios y un vocabulario más adecuado para una futura doctora) me haga revivir esos recuerdos, y hasta tener muchos flashbacks de ellos, no me gustaría volver.
¿Qué iré otra vez a visitar? ¡Claro! ¡Muchas! Pero no con la misma mirada. La venda que no me permitía ver la realidad se cayó, o más bien, un semestre de medicina la tumbó. Pero creo que hasta eso fue tan irónicamente exacto como para hacer que las cosas ya estuviesen más o menos organizadas en mi vida.
No me imagino yo en estas recién salida del colegio, tal vez no habría llegado a las mismas conclusiones a las que he llegado en esta fantástica y calurosa noche en la cual no puedo dormir. Y hay muchas que se me han escapado, porque tampoco es que escriba tan rápido, y parece que mi mente en estos momentos va a toda.
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